Día 3 Uvas
- Diamond Star
- 5 sept 2020
- 3 Min. de lectura

Milo había cuidado de Dafne durante todo el día, y ya por la tarde la Santia despertó sobresaltada, mirando desconcertada a su alrededor. Pues hasta donde recordaba se había quedado dormida en uno de los escalones del templo. Al incorporarse una toalla húmeda callo de su frente, se dio cuenta que se encontraba en la habitación de Milo. Para ser mas exactos en su cama, entonces Dafne miro hacia abajo percatándose de que la ropa que tenia puesta le quedaba bastante grande.
-Tranquila no paso nada solo te quite la ropa mojada- dijo Milo acercándose con un plato de uvas.
-¿y la mariposa?- pregunto Dafne sentándose en la cama
-Murio, como te lo dije, esos insectos no tienen vidas muy largas- Milo desprendió una uva del racimo, la lanzo y la atrapo con la boca. – Ahora déjame ver si entiendo, despiertas en mi cama, con mi ropa puesta y lo primero que te preocupa es si tu insecto sobrevivió-
-Ya me habías dicho que no paso nada- respondió Dafne cubriéndose con las sabanas para que Milo no notara que se había sonrojado.
Milo se sentó en la cama junto a Dafne y le ofreció de su plato de uvas, pero la santia las rechazo.
-Tienes que comer, necesitas terminar de recuperarte, y como tu maestro es mi deber cuidarte- dijo Milo desprendiendo una uva del racimo y dándosela a Dafne en la boca.
Dafne comió la uva, y enseguida Milo volvió a darle otra, asi se fueron terminando el racimo de uvas, hasta que ya solo quedaban unas cuantas uvas en el racimo. En la mente de Milo ya no era Dafne a quien le estaba dando las uvas, sino a Camus. Entonces tomo una de las uvas mas grandes y la coloco entre sus labios y se acerco lentamente a los de Dafne.
-Mi- Milo que estas haciendo- susurro Dafne al ver como se iba acercando a sus labios.
Estaba desconcertada por la acción, pero no podía negar que lo deseaba, sintió como el dulce jugo de la uva llenaba su boca mientras que los labios de Milo acariciaban los suyos en un tímido beso.
Este era el primer beso de Dafne por lo que dejo que Milo tomara la iniciativa, sintió como Milo mordisqueba suavemente su labio inferior y como en el momento en el que entreabrió su boca para soltar un leve quejido Milo aprovecho para introducir su lengua, la estaba besando como besaba a Camus y solo se detuvo cuando el aire le falto.
-Te extrañe tanto- susurro a escasos centímetros de los labios de Dafne a quien volvió a besar aun más apasionadamente que antes, lentamente Milo fue acomodando a Dafne debajo de su cuerpo hasta que la Santia dio un respingo al sentir el peso completo de Milo sobre su cuerpo.
-Pesas demasiado- se quejo con voz entrecortada
Entonces Milo volvió a la realidad y se dio cuenta que a quien tenia entre sus brazos no era Camus sino a Dafne.
-Lo siento, Dafne- dijo incorporándose y alejándose rápidamente de la Santia que no comprendía por que de momento había cambiado tan radicalmente su comportamiento.
-¿Qué pasa?- dijo Dafne intentando abrasarlo por la espalda pero Milo la rechazo.
-Debes descansar, aun estas enferma- dijo saliendo de la habitación.
Dafne se volvió a acomodar en la cama pero no se podia dormir pues tenia la esperanza de que en cualquier momento Milo regresaría a la habitacion la tomaria entre sus brazos y continuaría besándola como hace unos instantes, pero el tiempo paso y Milo no regreso.
Pero el sueño se apiado de Dafne y lentamente la Santia se fue quedando dormida.
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