Día 9 Reino
- Diamond Star
- 6 sept 2020
- 3 Min. de lectura

Para Dafne el tiempo pasaba lento, no podía comunicarse con Milo de ninguna manera, sentía que su cosmo estaba estable pero eso no era garantía de nada pues podría estar en manos de los enemigos como prisionero.
Tenía ganas de pedirle a Atena que le permitiera ir a ayudar a Milo, pero que ayuda podría prestar una Santia a un Caballero dorado. Por eso pasaba las horas pérdida en el Reino de la imaginación pensando en cómo sería acompañar a Milo en una batalla, se imaginaba usando la armadura de acuario, pues había escuchado que Camus y Milo eran inseparables.
También se imaginaba en un hermoso y amplio salón como los que había en la academia de Santias, solo que más decorado y al centro se encontraba Milo con su resplandeciente armadura quien con paso decidido se acercaba a ella y le ofrecía su mano para comenzar el baile. Dafne se veía usando aquel vestido que había visto hace unos meses en una revista de fiestas de 16 años, faltaba todo un año para que ella cumpliera los 16 pero sabía bien que no usaría ese vestido ni tendría un festejo como los de la revista, pero eso no le impedía soñar con su primer baile usando un vestido tan hermoso. En su imaginación Milo y ella bailaban en aquel hermoso salón, mientras sus demás compañeras de la academia solo observaban.
-Dafne de nuevo tienes cara de cachorro perdido, tenías que ir a Aries por tu armadura, Kiki está muy ocupado ayudando a Mu a repararlas, además tu deberías hacer algo más útil que estar sentada en las escaleras soñando. Siempre he pensado que las Santias están de mas, en especial las que son como tu inútiles y mimadas solo sirven para cepillarle el cabello a la diosa Atena y para calentar la cama a los Santos dorados durante su "entrenamiento" - dijo Shaina entregándole su pandora box.
-Shaina, ¿con todos eres así? o solo te ensañas conmigo porque Milo termino contigo-
-Mira niñita, yo jamás tendría celos de ti, Milo solo ve en ti una mala copia de Camus, pero supongo que eres bastante útil en las noches- dijo Shaina y enseguida se alejó.
Dafne se levantó de las escaleras con aparente tranquilidad y tomo la pandora box y se adentró al templo de escorpio, pero cuando estaba segura de que nadie podía verla corrió hacia donde se encontraba un espejo de cuerpo completo, se miró con atención, pero ella no logro ver en su rostro y figura similitud alguna con la de Camus. Al menos eso pensaba hasta que vio en el reflejo una foto de Camus y Milo. Tomo la foto, la miro con detenimiento para enseguida ver su propio reflejo. Se acomodó el cabello como lo usaba Camus, endureció su mirada e imito su gesto inexpresivo. Entonces vio lo que Shaina le acababa de decir, se parecía, no tanto como para ser gemelos pero si lo suficiente para que Milo viera en ella a su amado. Se dio media vuelta, no quería seguir observando más su reflejo, no quería creerle a Shaina. Respiro profundo y coloco la foto en su lugar como si no pasara nada. Algunas lágrimas querían salir de sus ojos, al pensar en que lo que Shaina decía era verdad, pero se resistió con todas sus fuerzas pues si dejaba que las palabras de Shaina la afectaran seria como si ella la hubiera vencido.
Después de pensar un poco llego a la conclusión que Shaina solo había destilado su veneno con ella y sus palabras no eran ciertas por lo que decidió que lo mejor sería ignorarlas, y para olvidarse de aquellas palabras decidió probarse lo que Milo le había regalado. Primero pensó que se le verían bastante mal pero cuando se miró en el espejo se dio cuenta que le quedaban muy bien. Sonrió al espejo y se cambió de nuevo la ropa, esta vez se puso su cómoda pijama y se fue a dormir.
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